miércoles, mayo 26, 2010

UN CUENTO DE BURROS (REAL COMO LA VIDA MISMA)


Un señor se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.

Buena parte de la población le vendió sus animales.

Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos. A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.

Al día siguiente mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los burros a 400 euros cada uno. Ante la posible ganancia, a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.

Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.

Resultado:
La aldea quedó llena de burros y endeudados.

Veamos lo que pasó después:

Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.

Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.

Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrado gran parte del dinero, sin embargo no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.

El Alcalde, con la ayuda a los prestamistas, dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado.

Entonces pidió dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.

Resultado:

Los listos comerciantes del principio, forrados.

Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.

Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida, con el agravante de que los burros son un medio de trabajo en el medio rural.

El Ayuntamiento igualmente arruinado.

Resultado ¿final?:

Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo, el Ayuntamiento BAJÓ EL SUELDO A SUS FUNCIONARIOS.

Provisionalmente parece que solo los pretamistas y los sinvergüenzas comerciantes del principio ganan en este cuento.

jueves, mayo 06, 2010

APOROFOBIA



TRIBUNA: ADELA CORTINA
Aporofobia

ADELA CORTINA 07/03/2000

La Real Academia Española introduce de tanto en tanto en el Diccionario de la lengua nuevos términos por razones diversas. Son algunas de las más comunes que la expresión correspondiente venga usándose en la calle de forma habitual, o que proceda de una lengua extranjera y sirva para designar algún objeto o acción en un campo del saber.Pero existe una razón poderosa, tal vez la más poderosa, para acoger una nueva palabra en el seno de una lengua, y es que designe una realidad tan efectiva en la vida social que esa vida no pueda entenderse sin contar con ella. E importa ponerle un nombre, porque mientras es indecible actúa como hacen las ideologías: distorsionando, confundiendo para ocultar la verdad de las cosas. Poner nombre a las personas es imprescindible para darles carta de naturaleza ("te llamarás Eva", "te llamarás Viernes"), tanto más a las realidades sociales, de las que falta clara conciencia mientras son inefables.

La noticia en otros webs

* webs en español
* en otros idiomas

Es en este orden de cosas en el que quisiera brindar a la Real Academia un nombre, después de rebuscar afanosamente en mi viejo diccionario de griego, tan usado el pobre en los años del bachillerato: el nombre "aporofobia". "Dícese -podría constar en la caracterización, por analogía con otras- del odio, repugnancia u hostilidad ante el pobre, el sin recursos, el desamparado". Y en ese ilustrativo paréntesis que sigue al término diría algo así como: "(Del gr. á-poros, pobre, y fobéo, espantarse) f.". Es, ciertamente, una expresión que no existe en otras lenguas, e ignoro si es la mejor forma de construirla. Pero lo indudable es que la repugnancia ante el pobre, ante el desamparado, tiene una fuerza en la vida social que todavía es mayor precisamente porque actúa desde un deleznable anonimato.

No figura en las relaciones de lo "éticamente correcto", en esas moralinas burocráticas que repudian acciones casi sin pensarlo y las gentes repiten ya de un tirón, como los viejos catecismos. Cuentan en ellas el repudio de la xenofobia y el racismo, de la hostilidad hacia el "xénos", hacia el extranjero, o hacia el que es de otra raza; nunca la repugnancia ante el "áporos", ante el sin recursos, ante el que parece que no puede ofrecer nada interesante a cambio. Y, sin embargo, ése es el que molesta, es la fobia hacia el pobre la que lleva a rechazar a las personas, razas y etnias habitualmente sin recursos.

No repugnan los árabes de la Costa del Sol, ni los alemanes y británicos dueños ya de la mitad del Mediterráneo; tampoco los gitanos enrolados en una tranquilizadora forma de vida paya, ni los niños extranjeros adoptados por padres deseosos de un hijo que no puede ser biológico. No repugnan, afortunadamente y por muchos años, porque el odio al de otra raza o al de otra etnia, por serlo, no sólo demuestra una innegable falta de sensibilidad moral, sino una igualmente palmaria estupidez. Sólo los imbéciles se permiten el lujo de profesar este tipo de odios.

Sin embargo, sí que son objeto de casi universal rechazo los gitanos apegados a su forma de vida tradicional, tan alejada de ese febril afán de producir riqueza que nos consume; los inmigrantes del norte de África, que no tienen que perder más que sus cadenas; los inmigrantes de la Europa Central y del Este, dueños, más o menos, de la misma riqueza; siguiendo en la lista los latinoamericanos escasos de recursos. El problema no es de raza ni de extranjería: es de pobreza. Por eso hay algunos racistas y xenófobos, pero aporófobos, casi todos.

La razón es bien simple, descubrirla no precisa grandes especulaciones. En sociedades, como las nuestras, organizadas en torno a la idea de contrato en cualquiera de las esferas sociales, el pobre, el verdaderamente diferente en cada una de ellas, es el que no tiene nada interesante que ofrecer a cambio y, por lo tanto, no tiene capacidad real de contratar.

Esto sucede en el ámbito de la economía, en el que buena parte de la humanidad queda excluida de consumir productos básicos para la supervivencia sencillamente porque no interesa lo que podrían ofrecer a cambio. "El libre mercado", dice la teoría clásica, "garantiza mayor soberanía al consumidor". Lo que no aclara a renglón seguido es que merece el título de consumidor quien puede pagarse el consumo, quien presenta una demanda solvente, porque es éste un juego de toma y daca, en el que ejerce su libertad no el que quiere, sino el que puede.

Si tuviéramos agallas para universalizar la ciudadanía social a través de un cierto keynesianismo universal profundamente reformulado en términos de justicia en vez de retirarlo de los lugares en los que se ha encarnado, si aumentáramos la capacidad adquisitiva de cada una de las personas y las protegiéramos frente a las contingencias del mercado, aunque sólo fuera por aumentar el consumo, y con él la producción, podríamos empezar a hablar de soberanía del consumidor. "Es imposible", replican los interesados en que lo sea. Y, sin embargo, es preciso replicar que es de justicia.

Como es doctrina bien sabida desde hace décadas, pero magistralmente expuesta por Michael Walzer en Esferas de la justicia (1983), los bienes socialmente producidos son bienes sociales y tienen que ser socialmente distribuidos con justicia. Como la globalización -añadimos por nuestra cuenta- muestra, entre otras cosas, que la producción es global, global debería ser también la justa distribución de la riqueza, y un buen comienzo en el proceso sería universalizar la ciudadanía social.

Sin embargo, los bienes no son sólo económicos, no sólo hay áporoi en la esfera de la riqueza material. Las sociedades distribuyen también otros bienes, que componen distintas esferas de justicia: la pertenencia a una comunidad política, la seguridad en tiempos de vulnerabilidad (asistencia sanitaria, jubilación, desempleo), los cargos que determinan el ingreso, la estima social y las oportunidades vitales, la educación, el poder político, la igualdad, por la que nadie debería poseer un bien de estas esferas con el que pudiera comprar todos los demás, el reconocimiento y los honores que condicionan la autoestima y el autorrespeto.

En cada una de estas esferas hay áporoi, justamente aquellos que en ellas no parecen tener nada interesante que ofrecer a cambio. Por eso en el mundo político, amén de los extranjeros, inmigrantes, asilados, con sus dificultades para pactar, reciben los ciudadanos distintas contraprestaciones, según lo que ofrecen a quien ostenta el poder. Y así sucede igualmente en la universidad y en el hospital, en el taller y en el banco, en la vecindad y en la empresa, que hay quienes tienen algo interesante que ofrecer a los poderosos y quienes bien poca cosa. Y éstos son en cada una de las esferas los débiles, los excluidos. Los áporoi.

Mientras no se les nombra se confunden los perfiles, que es lo que gusta a los poderosos: esa difuminación del lenguaje, en virtud de la cual ya ignoramos de qué estamos hablando. Y en manifiestos contra el terrorismo se dice: "Estamos en contra de los intolerantes", confundiendo el tocino con la velocidad, porque la intolerancia es una actitud del carácter, y el que mata es un asesino. Los atentados contra las personas no son atentados contra la democracia, sino contra la vida concreta de las personas concretas, a quienes a partir de ese momento sus gentes ya no verán más. Excluidos, totalmente excluidos de la vida, supremamente marginados.

Ante una situación semejante cabe responder desde tres tipos de ética, encarnados en tres tipos ideales: la ética de los demonios estúpidos, la de los demonios inteligentes y la de las personas, amén de inteligentes, justas y solidarias. La sugerencia viene de Kant, quien en La paz perpetua aseguraba que hasta un pueblo de demonios, de seres sin sensibilidad moral, sacrificaría parte de su libertad y entraría a formar parte de un Estado de derecho, aunque tuvieran que someterse a la ley, "con tal de que", añadía, "tengan inteligencia". Podríamos decir, por analogía, que hasta un pueblo de demonios, sin sensibilidad moral, preferiría la paz a la guerra, la cooperación al conflicto, la colaboración a la exclusión, con tal de que tengan inteligencia.

Los demonios estúpidos excluyen a otros en cada esfera social, creyendo que no tienen nada interesante que ofrecer. Y en realidad sucede que los inmigrantes, tan vapuleados, asumen los trabajos que nadie quiere y traen sangre joven a una Europa avejentada. Los demonios inteligentes se aperciben de este tipo de cosas y tratan de averiguar con quiénes interesa sellar pactos, porque hasta el más débil te puede quitar la vida. Las personas con sentido de la justicia y la solidaridad van más allá del contrato: hacia el reconocimiento del valor en sí de cada ser humano, que es la divisa de la Ilustración.

Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia.

martes, abril 20, 2010

En defensa de les polítiques actives de formació i ocupació Contra el tancament de les Escoles Taller

En defensa de les polítiques d'Ocupació i Formació
Contra el tancament d'Escoles Taller, Cases d'Oficis i Tallers d'Ocupació


Davant la voluntat per part del Departament de Treball de la Generalitat de
Catalunya d’eliminar les polítiques actives d’ocupació dirigides específicament als
joves i als majors de 45 anys, els següents signants volem expressar el nostre rebuig
frontal a la proposta.
La situació precària al mercat laboral i els elevats índex d'abandonament escolar prematur,
un 31,6%, més del doble de la Unió Europea, amb una taxa d'escolarització secundària a
Catalunya del 59,4%,19 punts per sota de la Unió Europea, així com el dèficit formatiu que
presenten moltes persones adultes, fan imprescindible la continuïtat dels programes que
combinen formació i treball com aquests.
Els dos col·lectius afectats són els més castigats del nostre mercat de treball i els que més
estan patint l’actual moment de crisi. En programes com les Escoles Taller, les Cases
d’Oficis i els Tallers d’Ocupació es combinen la formació i l’experiència laboral en un
context de treball real en obres d’interès públic i social, amb l’objectiu de millorar les
possibilitats d’ocupació d’aquestes persones.
Amb la decisió d’eliminar aquests programes, el Departament de Treball incompleix, a
més, l’Acord de Mesures per a l’Ocupació Juvenil ratificat per Acció Jove-Joves de CCOO,
Avalot-Joves de la UGT, Consell Nacional de la Joventut de Catalunya, Foment de Treball
Nacional i PIMEC, el mes de setembre de 2009.
La línia estratègica 3.4 de l’esmenat acord, especifica les línies d’actuació respecte els
programes d’inserció mencionats, amb una dotació pressupostària prevista (així com el
calendari d’execució i els indicadors de seguiment i avaluació). Concretament, en el
pressupost 2009-2012, estaven acordats 50.000.000 € per a Escoles Taller, 4.478.000 € per
a Cases d’Ofici i 2.878.434 € per a Tallers d’Ocupació.
Els projectes com les Escoles Taller, les Cases d’Ofici i els Tallers d'Ocupació són
programes referents en la formació i inserció laboral dels joves menors de 25 anys amb
especials carències formatives. Tanmateix, la Consellera de Treball insisteix en la supressió
dels ajuts a aquests programes i ho justifica basant-se en diversos punts:
o En primer lloc, s’al·lega que són programes massa cars. Aquests programes, però, estan
subvencionats pel Fons Social Europeu i el Ministerio de Trabajo e Inmigración i, a
més, són les entitats promotores les que aporten les instal·lacions, la maquinària, etc., de
manera que el SOC no hi destina recursos propis.
o També es veu com a inconvenient la seva llarga durada, però cal recordar que un dels
objectius més importants d’aquests programes és l’adquisició d'hàbits de treball i la
capacitació personal i social d’aquestes persones que estan en situació de risc d’exclusió
social, aspectes que no es poden obtenir en projectes de més curta durada, com els Plans
d’Ocupació Locals. Un dels objectius més importants de les Escoles Taller no és tant
facilitar-los l'accés a la feina, sinó que aprenguin a mantenir-la en un futur.
o El Departament de Treball també critica que el 75% d’aquests programes tenen
orientada la seva oferta formativa al sector de la construcció ja que es dediquen
fonamentalment a la rehabilitació del patrimoni històric i cultural. Des del seu punt de
vista, per tant, no té sentit continuar formant persones en sectors en els quals no hi ha
possibilitats de trobar feina. Tanmateix, la rehabilitació es presenta com un important
jaciment d’ocupació a curt i llarg termini i s’ha convertit en un dels eixos principals de
les polítiques del Govern, inclosos els Plans d’Ocupació Locals.
o Finalment, en resposta a les afirmacions del Departament de Treball sobre la ineficàcia
d’aquests programes, hem de remarcar l’èxit obtingut al llarg dels anys en matèria
d’inserció laboral, al voltant del 70% en el cas de les Escoles Taller.
El fet de no obrir convocatòria pública, deixarà desatès un col·lectiu vulnerable i en situació
d’alt risc d’exclusió social, amb deficiències en habilitats socials, amb un desconeixement
dels recursos d’inserció laboral, social i educativa i amb importants carències formatives.
La manca de programes per a aquest col·lectiu, generarà un agreujament de la seva situació,
una disminució de les seves oportunitats i una major desatenció i vulnerabilitat.
D'altra banda, reivindiquem el mèrit dels professionals que han estat treballant en aquests
programes durant tants anys suportant condicions precàries i una inestabilitat laboral
permanent, i que malgrat tot han obtingut molt bons resultats de la seva feina, fruit de la
seva dedicació i motivació. Per aquests motius, demanem, també, la regularització de les
condicions laborals d'aquests professionals.
El Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya és una administració pública,
amb funcions i obligacions cap a la ciutadania. No pot seguir funcionant com una empresa,
amb mentalitat mercantilista. Actualment, el 62,5% dels joves de 16 a 19 anys estan a
l’atur. Invertir per a la formació i la inserció d’aquest col·lectiu no és un malbaratament
econòmic, és una necessitat de país.
Són aquestes les raons que ens porten a exigir al Departament de Treball que torni a obrir
de forma immediata la convocatòria d’Escoles Taller, Cases d’Ofici i Tallers d’Ocupació
per a aquest 2010 tal com estava previst i firmat a l’Acord de Mesures per a l’Ocupació
Juvenil 2009- 2012.
*Per adherir-se al manifest, envieu un correu electrònic a plataformaetcoto@gmail.com.

martes, febrero 09, 2010

Carta abierta sobre el republicanismo en España.



De Unión Cívica por la República.

Carta abierta sobre el republicanismo en España.

César Alfonso Viñas

UCR 10 de Enero de 2010

Las clases dominantes han hecho creer a la población española que la II República fue un caos. Que por ello se formaron dos bandos y que estalló una Guerra Civil donde ambos grupos cometieron las mismas atrocidades, una guerra fratricida, donde los españoles se mataban entre sí a causa de ideologías y de unos instintos salvajes ocultos en el inconsciente colectivo español. Tras los cuarenta años de dictadura franquista, con la “modélica Transición” vino la “normalidad política”, la Monarquía Parlamentaria, donde Juan Carlos de Borbón hizo de intermediario, mediador entre las dos Españas para la conciliación en la paz y la democracia.

Es decir se equipara República, la forma de gobierno democrática de la mayoría de los países del mundo, a fascismo y a guerra. Y se hace creer a la gente que la monarquía es la normalidad y que con la III República vendrá otra guerra civil.

España no fue el único país que vivió una guerra. Europa entera se vio envuelta en una II Guerra Mundial con raíces similares a la guerra española. ¿Ha dejado Francia de ser una República por ello?

¿Acaso ha impuesto la CIA la Monarquía Parlamentaria en Alemania e Italia para que no se vuelva a repetir una Guerra Europea o una contienda mundial o para frenar un avance del Partido Comunista? No, tanto Alemania como Italia siguen siendo hoy día Repúblicas.

Una República neoliberal pudo ser la solución para los franquistas en la Transición, dado que a lo largo de la Historia capitalismo y República han ido de la mano (una de las etapas del Imperio Romano, Estados Unidos por poner dos ejemplos), pero claro los fascistas españoles (oligarquía, burguesía, monarquía, ejército e Iglesia Católica) habiendo hundido a la II República y cometiendo genocidio y crímenes contra la humanidad no se iban a echar tierra en lo alto trayendo de nuevo la República y se optó por la Monarquía (hoy día muchos fachas dicen que el verdadero escudo de España es el del águila, es el que figura en el texto original de la Constitución del 78 y es que los franquistas fueron los que trajeron la pseudodemocracia que tenemos). A ello también contribuyó muchísimo Carrillo fragmentando y debilitando a la izquierda en España. Pero en qué parte del mundo se ha visto la bandera del Partido Comunista junto a una bandera monárquica. Si Marx y Lenin hubiesen levantado la cabeza no sé lo que hubiesen dicho, la verdad.

¿Dejarían acaso las grandes potencias mundiales que en España estallara una guerra civil o que se produjera un golpe de Estado estando nuestro país integrado en la OTAN y en la Unión Europea?

¿Por qué hay que tener miedo a la III República en España o sentir rechazo hacia ella? Para la derecha la III República significaría el perfeccionamiento de la maquinaria del Estado, pues incluso la República más democrática del mundo bajo sus valores de libertad, igualdad y fraternidad es dirigida bajo la dictadura de la burguesía. Siguen siendo las clases más altas de la sociedad las que controlan la economía y los medios de producción. Sería una oportunidad del capitalismo español de abandonar el ladrillo e industrializar el país dando prioridad a las energías alternativas. Para la izquierda, la República debería posibilitar más participación de la ciudadanía en consejos comunales por barriadas y los representantes deberían acatar las decisiones vinculantes del pueblo. Esto significaría la democracia construida desde abajo y no la imposición desde arriba por el Estado. La izquierda real debería trabajar también por la nacionalización de los pocos recursos que tenemos, de la industria y redes de comunicación. ¿No les gustaría a los trabajadores votantes del PP acaso tener más participación ciudadana, más poder de decisión en los asuntos del Estado? ¿O a aquellos que votan a partidos independientes de derecha hartos ya del bipartidismo y de la crisis económica? La participación ciudadana es para todos y todas por igual.

Eso sí, República significaría aplicación rigurosa de la Justicia y de los Derechos Humanos. Se juzgarían los crímenes perpetrados por el fascismo al pueblo español, se condenaría aquel genocidio del fascismo hacia el pueblo, la violencia de Estado durante la dictadura fascista ejercida hacia los que no se exiliaron. También todos y
todas las personas implicadas en tramas de corrupción irían a la cárcel, no un año o dos, sino que el castigo sería ejemplar para que aquellos que desearan robar al pueblo en un futuro se lo pensaran dos veces.

Habría que crear un debate acerca de la legalidad de la Constitución del 78, debido a que si la II República fue destruida por un golpe de Estado fascista y un genocidio con la ayuda de Hitler y Mussolini y tras la dictadura debió haber sido restablecida la legalidad republicana, no la monarquía, la Constitución que hoy día tendría validez sería la de 1.931, la de la II República, pues esta forma de gobierno es la que votaron nuestros abuelos, en un noventa por ciento de la población.

Para los Nacionalistas la República Federal puede ser la solución a sus problemas.

Aunque Marx defendiera el Estado unitario (no en el sentido del Estado que aplasta desde el Parlamento al pueblo con su maquinaria burocrática, sino el pueblo organizado en comunas para la destrucción final del mismo) la República Federal puede ser la solución para las nacionalidades históricas en la Península. Una República Federal con el derecho de autodeterminación, centralizada en Madrid, por ejemplo, con una nueva Constitución posibilitaría que cada pequeño Estado (Cataluña, Andalucía, Euskadi, etc.) tuviese su propio poder legislativo, ejecutivo y judicial y su propia Constitución inclusive.

La III República posibilitaría la construcción de un modelo de Nación española consensuado y asumido por todos que fue abortado en nuestro país en tres ocasiones:cuando el Borbón pisoteó la Constitución de 1.812; cuando hicieron fracasar el proyecto de I República; y con el golpe de estado fascista al gobierno legítimo y constitucional de la II República Española.

¿No está harta ya la gente de salir a votar sabiendo que las elecciones es un puro teatro donde nada más tienen posibilidades PP y PSOE, los dos partidos de la monarquía en nuestro país? La gente en este país aborrece, cada vez que hay elecciones, tener que ir a votar. Es como si fuéramos a un restaurante para almorzar y solamente pudiésemos elegir entre dos platos que tienen la particularidad de que que ambos son iguales de asquerosos. Estos dos partidos se dedican a charlar criticándose ante las cámaras de televisión en el teatro del Parlamento, pero tras las bambalinas es donde llegan a negociar; en los aspectos más fundamentales están de acuerdo siendo el bipartidismo un único partido con dos facciones diferentes.

La III República traería una nueva Ley Electoral que favoreciera las candidaturas abiertas y directas y el multipartidismo en el Parlamento.

En la III República podremos votar a nuestro Jefe de Estado, el hombre o mujer que consideremos más preparado para ello y no supeditar el cargo al azar de la unión de un espermatozoide y un óvulo, algo bastante peligroso.

¿No le gustaría a la derecha de este país poder votar a su propio árbitro de la misma manera que el pueblo norteamericano ha votado a Obama o el pueblo francés a Sarkozy? La III República es la única solución para salvar los escollos económicos, políticos, territoriales y sociales y traer la democracia al país, no hay otro camino posible para seguir avanzando.

Y que se enteren ya los fachas y el señor Bono de paso, de que la bandera constitucional tricolor es más española que la bandera monarco-fascista o borbónica.

martes, febrero 02, 2010

Alzaos, hasta que los corderos se conviertan en leones


Alzaos, hasta que los corderos se conviertan en leones.

Javier Parra.

Un país donde la derecha nos roba las calles, los obispos asaltan las tribunas y los lobos se afilan los dientes. Un país donde los políticos tienen un precio y los obreros votan a las derechas. Un país donde la cultura se cubre de polvo, la incultura se pone de moda y la televisión se llena de mierda. Un país donde la democracia es cosa de cuatro, los jueces se cubren de gloria y los reyes se hacen de oro. Un país donde la gente se muere de miedo, los patrones se mueren de risa y los banqueros nos quitan el sueño, ¿es un país de corderos?

No es fácil luchar contra todo un estado de cosas cuando pocos se atreven a declarar la guerra a la corrupción, la incultura, la ignorancia y la injusticia. Y mucho menos cuando los valores de la solidaridad han sido aplastados por los del individualismo, y cuando el sistema ha conseguido enfrentar entre sí a quienes deberían unirse para no dejar piedra sobre piedra del templo de los miserables. Cuando los bancos han puesto de rodillas a millones de trabajadores, no debería quedar uno que no fuera de nuestra propiedad. Cuando cientos de miles de inmigrantes son humillados y encadenados a situaciones de miseria y marginación, ninguno debería quedar sin rebelarse contra la opresión. Cuando a alguien se le pasa por la cabeza recortar el más mínimo derecho social o laboral, el miedo a ser devorado no debería dejarle dormir ni un segundo.

Mientras vivamos en un país donde los trileros del lenguaje sigan hipnotizando corderos, donde los que se llaman “socialistas” violen reiteradamente la memoria de quienes si lo son, o lo fueron, y mientras la gente no recupere la capacidad de soñar y luchar por lo imposible, nada cambiará. Los eternamente utópicos, los infatigables, los imprescindibles seguirán luchando contra gigantes, a pesar de la mirada escéptica de millones de personas. Pero un día, quizá más pronto que tarde, el virus del optimismo de quienes se rebelan una y otra vez contra la injusticia, se contagiará, y nadie conoce vacunas contra el optimismo.

Si se tiran piedras piedras en la dirección adecuada, tarde o temprano se acaba produciendo la avalancha, y entonces no serán trescientos quienes se levanten contra la corrupción, sino 300.000. No serán diez mil los que salgan a la calle contra una Monarquía oscura y antidemocrática, sino cientos de miles. Entonces no serán miles los que defiendan tus derechos en la calle, sino millones. Entonces este país ya no será este país. Pero para eso, alzaos y volved a alzaos, hasta que los corderos se conviertan en leones.