sábado, septiembre 09, 2006

EL TABACO ADVIERTE...

El tabaco advierte Que el gobierno es perjudicial para la salud.
Así rezaba tímidamente aquella campaña que algunos estanqueros hicieron suya como respuesta a aquella, también modesta, con la que el gobierno empezó contra el consumo del tabaco y sus efectos nocivos. Aquel “El gobierno advierte que el tabaco es perjudicial para su salud” slogan con el que el gobierno inició su particular guerra contra el tabaco y su consumo pero nunca contra las tabacaleras y los muchos beneficios, directos o indirectos, que su comercio origina y que el también gobierno cosecha. El tabaco mata, el tabaco produce cáncer, puede producir impotencia, perjudica gravemente la salud, la salud de su hijo durante el embarazo, puede causar una muerte lenta y dolorosa, acorta la vida, es adictivo, provoca envejecimiento de la piel, obstruye las arterias, el tabaco es la ostia de malo podrían haber puesto y con eso seguro que todos nos dábamos por enterados. También podría el gobierno, por los mismos motivos, decirnos que las centrales térmicas o nucleares son nocivas para la salud, que producen cáncer o son potencialmente una bomba, que lo son las muchas antenas que dan cobertura a los móviles, también por ejemplo. La ostia también. Que el trabajo es malo, que mata en subcontrata y en contratos temporales, que produce stress, que produce impotencia y es el principal causante de muertos y heridos de todo país capitalista. El trabajo es tan pernicioso que incluso en su carencia, será síndrome de abstinencia, continua cobrándose vidas. Que si el trabajo es malo, tan malo que incluso pagan por hacerlo, el paro y el desempleo son, en un mundo donde vales lo que tienes, la pandemia. Que la industria es perniciosa, que contamina, que altera todo y todo lo impurifica, suelo, agua, aire y hombres. Que muchos de sus macroproyectos son, potencialmente tan peligrosos como inútiles, un ejemplo el Pantano de Itoitz. El gobierno advierte que esta sociedad moderna de la que él forma parte es perjudicial para la salud. Seguro que lo advierte y presiente por que él mismo forma parte de ella aunque otra cosa es reconocerlo y mucho menos sentirse responsable de semejante desaguisado. Pero no es así, solo se limita a poner en las cajetillas de tabaco esas leyendas que algunos coleccionan y muy pocos leen. Que el coche no es tan bueno, que tiene connotaciones nocivas que no siempre las sufren sus usuarios. El gobierno sabe del número de muertos que todos los días producen los miles de coches que van de un sito a otro porque el desarrollo sostenible por ellos mismos creado así lo exige y por eso, dicen, implanta el carnet por puntos y se vanagloria del éxito obtenido porque, según las eternas estadísticas, ha habido dos muertos menos al día desde su vigencia. Enhorabuena para los vivos. Pero el gobierno sabe que la maniobra mas peligrosa es el adelantamiento y sabe que las autopistas, muchas de ellas subvencionadas en parte con el dinero de todos, son las carreteras mas seguras donde el adelantamiento no constituye esa mortal maniobra y se empeña en mantenerlas cerradas o bajo peaje, el que tiene puede, incluso en esos días del año que dice montar sus operaciones salida. Que fácil seria, también esos días, subir las barreras y permitir la libre circulación pero esto seguramente dejaría a la postre menos beneficios para ese gobierno que tanto vela por nosotros, eso dice al menos. El gobierno obliga a otros a prohibir lo que el no prohíbe, el no prohíbe el consumo de tabaco todo mas penaliza o retrasa su venta hasta cierta edad, porque solo a él le produce intereses su eterno consumo. El gobierno tampoco prohíbe su consumo para los menores. Uno, según la ley, tiene derecho a no sentirse fumador pasivo en un lugar publico que no sea la calle, que dicho sea de paso es lo mas publico que existe, tal vez porque la calle, como dijo aquel Ministro del Interior, es suya, del gobierno y poner, por ejemplo, aceras diferenciadas para fumadores y no fumadores es tan inviable como seguramente caro. El gobierno sabe, esta obligado a saberlo, que el tabaco, que si es malo, contamina y seguramente debería ser prohibido, no es, ni por el forro, la peor pesadilla de cuantos estamos obligados a convivir este mundo que él, el gobierno, mantiene, crea y justifica. Seguro que lo sabe y nosotros sabemos que el tabaco no es su primera avanzadilla hacia un mundo perfecto. Seguramente lo primero que debería estar prohibido, en ese mundo ideal, seria el Gobierno y eso la verdad debe joder y mucho. También podría darse el caso de que los muchos fumadores que son decidiesen ejercer sus derechos, según parece, no solo contra las tabacaleras si no contra el propio gobierno que sabiendo que “el tabaco daña seriamente, incluso hasta la muerte, la salud” se empeña en no prohibirlo. Por eso y porque no fumo continuare haciendo mía aquella tímida campaña que nos recordaba “Que el gobierno es perjudicial para la salud”.

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